Conectar una y otra vez con el rechazo

Es algo complicado cuando los has sufrido en tu vida desde pequeña.

Cero dramas, pero sí realidad. Desde que mi padre marcho de casa, mi gran reto, entre otros ha sido sentir que SI soy suficiente, y que no debía sentirme culpable por que mi padre decidiera marchar.

Tendría sus propios motivos.

Sin embargo, queda en mí una sensación de rechazo fea.

Muy fea, que a día de hoy todavía sigo sanando. 

Nadie es culpable. Más que yo misma responsable de tomar mas riendas del asunto.

Quiero reflexionar acerca de las miles de situaciones en las que nos vemos a diario dentro de nuestras propias relaciones y vínculos personales.

Hablemos de responsabilidad afectiva.

Mr. ha llegado a Madrid, y después de tantas idas y venidas. Voy, no voy. Ven, no vengas. Voy a Madrid, no voy a Madrid todavía. Voy a Madrid.

El caso es que no hay nada entre nosotros, pero ¿que es nada? 

Al final creo y considero que en el momento en el que hablas con alguien de forma recurrente, e intercambias determinadas experiencias y manifiestas de alguna forma un interés; se genera un vinculo. Inevitablemente existe. Por mínimo que sea.

Quizás no es un vinculo hablado, no es una etiqueta al uso como tendemos a crear. 

Si no hay etiqueta no es nada. Mentira. Claro que es, simplemente no tiene nombre y también esta bien. 

Volviendo al tema del vinculo. En el momento que esto ocurre, y la cosa fluye de arriba abajo al centro, y también dentro; como diría Punset, se genera oxitocina.

¡Ojo! Esto no significa que haya enamoramiento inmediato, pero sí empieza a ocurrir un intercambio de energías que, si fluyen de forma equilibrada llevan a descubrir otros territorios de ese vinculo mencionado.

En el momento en el que existe vinculo. Existe responsabilidad afectiva. No importa si amistad, follamigo, familiar, no familiar, o compañero de trabajo, pareja o poliamor.


Es decir, consiste simple y llanamente en no puto marear a la persona que tienes enfrente, sinónimo de mareo tuyo personal. PARFAVAR que somos mayorcitos.

Ahora. En estas idas y venidas desde crisis existenciales por cada una de las partes involucradas, he de decir que hoy me he sentido ofendida y he explotado.

Me he dado cuenta (y menos mal que lo he hecho a tiempo) de que esas energías del dar y recibir empezaban a no estar equilibradas. He sentido como me he mareado con tanta frase del estilo: quedamos mañana, o no, mejor hoy. Estoy por aquí. Ah te lo decía por si te pasabas. Pero, oye que al final mejor quedamos el finde.

Mirad, yo entiendo que la vida sea compleja y que cada persona tenemos una tara en la que trabajar. Pero también he llegado a la conclusion de que si algo es importante, se le pone interés. Es mas, el interés nace y se actúa.

No importa lo que se tarde. Pero se nota por dentro y por fuera.

Entonces una vez más. Hoy, después de que Mr. me anulara la quedada he explotado.

¡Hala! Qué exagerada eres, rubia. Bueno, creo que en este caso no. Y quizás necesitaba llegar a este punto para aclararme y también ser clara con la situación.

No por eso he de polarizar mi percepción con respecto a Mr. Sin embargo, creo que de forma orgánica tomo distancia porque automáticamente mi cuerpo me pide protección.

No son expectativas, o quizás sí. Pero sin duda, hay un componente experiencial que te lleva a hacerte ideas. No solo mentales, si no basadas en hechos.


Me gusta hacerme ilusiones y cuando me quedan preciosas soy la persona mas feliz del mundo. Pero tampoco quiero invertir el tiempo en una situación ilusoria que pueda traerme inestabilidad.

Los dineros muy bien invertidos en terapia. O mejor dicho, el tiempo y energía, machaque mental y herramientas aprendidas en terapia y auto-terapia son ORO.

Por tanto, sigo hacia adelante. 

Dejando un paréntesis con esto y avanzando hacia mi propósito, una vez más.


Desde el amor, siempre. Y conectando con lo que me hace sentir bien, en todo momento.

Todo.

 
Anterior
Anterior

La gente lejía

Siguiente
Siguiente

Hace 36 lunas llenas que no me emborrachaba así