Despierta.

Si, tú. Que la vida está subiendo a 500 revoluciones a un ritmo imparable. Nos pensamos que detenernos a observar es una gran perdida de tiempo, sin embargo es el momento más valioso. La toma de consciencia que renace en una decisión, con o sin duda, pero con fuerza.

Despierta. Si te sientes adormecidx.

El universo no te pide que acciones cada milésima de segundo, sin embargo te lleva por delante a la altura de los ojos, un poco más hacia arriba, esa oportunidad disponible. Asómate. ¿Qué ves?

Esa energía. Esa chispa que quizás te permita decir un ‘sí', voy’.

 '¿Pero a donde vas?’, te pregunta tu mente desde un jardín vallado. A lo que tu le contestas ‘tienes razón, quizás…’

Quizás no quieres permitirle la razón. Al menos hoy. 

Te voy a decir algo. La mente tiene razón pero tu estómago la verdad. La mente es nuestra herramienta, que tiende a vibrar en base a constructos pasados. Úsala a tu favor, úsala presente, en el ahora de cada segundo que se reitera en una nueva oportunidad. 

Que te permita aferrarte a aquello que no permanece, a ninguna idea ni pensamiento. Comparte y transita con ganas. Muchas ganas de redefinir ese ‘dónde’ por un ‘cómo’.

No hablamos de destinos. Hablamos de decisiones que trazan senderos hacia una plenitud del ser.

De tu ser.

 
 
 
 
 

“La mente tiene razón pero tu estómago la verdad. “

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